Proceso Vega  

Autor: María Jesús Souto Blanco

La gran repercusión que en todo el pueblo de Lugo tuvo el proceso y fusilamiento del Dr. Rafael de Vega Barrera al inicio de la Guerra Civil, requería un estudio veraz y lo más exacto posible sobre las actuaciones que determinaron aquella muerte. 

La lectura del sumario sigue provocando indignación, debida a su carácter de farsa sangrienta. Pero, para comprenderlo por quienes no lo vivieron, la historiadora e investigadora María Jesús Souto Blanco lo aclara con más de cien notas, que son retazos de una historia de infamia en Lugo.

Se puede decir que la labor de la historiadora es exacta en lo referente a las circunstancias, personas y clima social de Lugo, que llevó a su mejor y más triste poeta, Luis Pimentel, a escribir: 

"Yo creí que en este pueblo pequeño no había asesinos, transformando en sustancia poética las cunetas, los fusilados y los muertos anónimos".

CAUSA SUMARISIMA DE GUERRA NÚM 330/36 instruida contra los ciudadanos de Lugo: Director del Hospital de Sta. María, Doctor D. RAFAEL DE VEGA BARRERA, el Gobernador Civil, D. RAMÓN GARCÍA NÚÑEZ, el Alcalde gubernativo, D. FRANCISCO LAMAS LÓPEZ, el Teniente-Alcalde gubernativo, D. FERNANDO CASTEDO RUBINOS, el Concejal gubernativo, D. ÁNGEL PÉREZ LÓPEZ, el practicante del Hospital de Sta. María y secretario del Alcalde, D. PERFECTO ÁBELAIRAS CASTRO y el maestro, D. JOSÉ RAMOS LÓPEZ, por el delito de traición.

Con ello no infravaloramos la vida del resto de los condenados en el proceso (ni en otros), pero es innegable que el Dr. Rafael de Vega fue la figura antonomásica entre los procesados y con toda la probabilidad, por su carácter simbólico, condicionó en gran medida la forma en que la provincia de Lugo entró de lleno en el Régimen franquista. 

Antes de entrar en consideración alguna sobre el proceso, y aunque resulte obvio, es preciso enfatizar que éste se desarrolló en plena Guerra Civil, o lo que es peor, al inicio de ésta, en una situación de crisis que puso a prueba de muchas maneras a toda una generación. Algunos supieron mantener su dignidad, otros sin embargo, prefirieron renunciar a ella alcanzando cotas de extrema vileza. 

Hoy el juicio sumarísimo 330/36 contra Vega Barrera y sus compañeros, exhumado por la historiadora e investigadora María Jesús Souto Blanco, testimonia la tropelía contra el cirujano civil y desarmado y sus cinco compañeros de cárcel y paredón.

Comenzamos por plantearnos qué clase de juicio fue el celebrado contra el Dr. Vega Barrera, ¿cuál era su fin?, ¿se trataba de descubrir la verdad de los supuestos delitos que se presentaron ante el Tribunal?, ¿Cuál era el presunto crimen imputado al Dr. Rafael de Vega?

El proceso judicial no tenía un fin jurídico, sino que el Tribunal fue utilizado exclusivamente como un arma para condenar, entre otros, al Dr. Vega Barrera, a lo que contribuyeron determinados ciudadanos de Lugo, para satisfacer o su sed de venganza, o sus ambiciones profesionales o envidias, hubo muchos testimonios falsos que se "instrumentalizaron".


Fueron tres los médicos que testificaron contra el Dr. Rafael de Vega en el juicio sumarísimo movidos por envidias y celo profesional: CASTO GONZÁLEZ MÉNDEZ (Forense y Secretario del Colegio Oficial de Médicos de Lugo en aquella época), JOSE LOMAS DÍAZ (Presidente del Colegio Oficial de Médicos de Lugo en el año 1943) y MARCELINO FUENTE CELA (Médico del Hospital de Santa María). Fueron inductores, como testigos falsos, estos tres siniestros y mediocres colegas suyos, dominados por un pecado capital: la envidia. 

Casto González Méndez fue Secretario del Colegio Oficial de Médicos de Lugo.

José Lomas Díaz fue Presidente y Secretario del Colegio Oficial de Médicos de Lugo. 

Al Dr. Vega Barrera finalmente se le condenó no sólo por consentir la entrada de los grupos armados en el Hospital de Santa María de Lugo el día 20 de julio de 1936, sino además por llevar la dirección del movimiento de oposición al Golpe de Estado Militar al cooperar con el Gobernador Civil en la toma de decisiones.

Toda sociedad lleva en su interior un germen de odio que tiene su mejor caldo de cultivo en los periodos bélicos, sólo así explica, como dijo el defensor Castañón, que en Lugo se preguntara por todas las esquinas, en referencia a este proceso, que cuándo se fusilaba, sobre todo teniendo en cuenta la alta consideración que tenía y aún conserva el Dr. Rafael de Vega Barrera.

También merece la pena destacar comportamientos que casi se pueden calificar de heroicos, dadas las circunstancias del momento, ya que no podemos olvidar el peligro que suponía declarar (incluso para inocentes), si su testimonio no se ajustaba a las directrices de la acusación. Así dos enfermeros del Hospital estuvieron detenidos varios meses en la cárcel por el delito de "ser testigo en el Consejo de Guerra contra Vega Barrera", el médico Díez Lage hubo de movilizarse urgentemente con destino al frente de batalla intentando contrapesar su declaración y los que firmaron la petición de indulto para el Dr. Vega Barrera, vieron, por lo menos en un caso, este acto convertido en imputación en un Consejo de Guerra.

Solo nos resta preguntarnos si la suerte del Dr. Rafael de Vega hubiera sido distinta sino hubiese sido juzgado en esa "primera tanda" en lugar de en fechas posteriores en las que la clemencia marcaba la pauta de los veredictos cuando no existían delitos de sangre.

Realmente creemos que la muerte del Dr. Vega Barrera estaba decidida de antemano y todo estuvo encaminado a ese fin, se trataba de instaurar un clima de terror que a falta de otros argumentos, garantizaba mejor que los votos de fidelidad al Nuevo Régimen. La hora fijada para la ejecución, las seis de la tarde (normalmente se llevaban a cabo de madrugada), parece perseguir una mayor ejemplaridad.

Al pasar por las armas a quien era entonces el más prestigioso cirujano de Lugo, el hombre que proclamó la República en la ciudad, el ejército intentaba atajar cualquier posible oposición de las fuerzas de izquierda.


ADENDA

CARACTERÍSTICAS  DE  LOS  JUICIOS  SUMARÍSIMOS

Se trata de la aplicación del código de justicia militar a los civiles. Así, los juicios sumarísimos obedecían a la jurisdicción militar, con oficiales del ejército ocupando los cargos de jueces y abogados, y con la tipificación de delitos según el Código de Justicia Militar de los generales sublevados. En estos juicios se acusaba a los detenidos -o prisioneros de guerra- por delitos de "rebelión", "auxilio a la rebelión" o "adhesión a la rebelión" con condenas de pena de muerte, o de entre treinta y doce años.

Los consejos de guerra durante todo franquismo fueron una farsa, un proceso sin ninguna garantía procesal: sin instrucción, sin abogados de verdad, sin testigos de la defensa, etc. Los juicios se resolvían en tiempos rápidos, excesivamente breves que en ocasiones duraban minutos sin posibilidad de réplica por los abogados defensores. Los juicios consistían en poco más que la lectura de nombre, cargos y la sentencia. Apenas duraban cinco meses entre que eran detenidos y fusilados. No proporcionaban medios para defenderse los acusados, la figura del abogado defensor era testimonial. Se realizaban de forma masiva o en grupo, aquellos juicios a menudo decidían el destino de varias personas a la vez. Juicios militares con inculpados civiles, rebeldes que acusaban de rebelión, los defensores eran militares y enemigos.

Por otra parte, en los consejos de guerra franquistas se tomaba en consideración de manera prioritaria la filiación política del procesado: en muchos de las sentencia aparece en el primer lugar de la exposición de los "antecedentes izquierdistas" del inculpado antes de los hechos por los que se le acusaba.

En un primer momento los juicios tuvieron una gran impresión mediática en la prensa escrita de la época, durante el año 1937 se fueron publicando en la prensa los resúmenes de los juicios con nombre y apellidos, cargos y condenas. Ello no pretendía más que continuar amedrentando a la sociedad, socializando el miedo. También es de destacar el ensañamiento con los "rojos", se citan muchos casos de personas que eran condenadas a ser fusiladas y, además, a una pena pecuniaria que pasaba a ser pagada por sus descendientes.

En el caso del Dr. Rafael de Vega Barrera su familia fue desposeída de todos sus bienes y tuvieron que irse a vivir a León durante los años que duró la guerra civil, posteriormente fijaron su residencia definitiva en Valladolid. El sanatorio privado del Dr. Vega Barrera, todos sus bienes personales y su finca de la calle Montero Ríos fueron incautados por el Nuevo Régimen y su mujer e hijos tuvieron que luchar durante muchos años para recuperar su patrimonio familiar. Se les impuso una multa mancomunada de un millón y medio de pesetas "de las de antes".

La antigua residencia del Dr. Vega fue tiroteada y saqueada en presencia de la mujer e hijos del Dr. Vega en repetidas ocasiones cuando estaba en prisión. Los Falangistas se apropiaron por la fuerza de material quirúrgico de gran valor en aquella época y del vehículo particular de la familia Vega Barrera.

El 25 de abril de 1952 mediante un Decreto de indulto fue levantado el embargo del patrimonio familiar de la familia del Dr. Rafael de Vega, previo pago de una multa de 25.000 pesetas. Nunca fue publicado el Decreto en un Boletín Oficial del Estado. 

El impacto de esta ejecución pasó de padres a hijos. Su familia padeció todo tipo de carencias y vejaciones. Los hermanos mayores fueron como soldados a la guerra para defender la patria. Fue una familia marcada, destrozada, humillada, perseguida durante los casi cuarenta años que duró la dictadura. 

                                  

- HEMEROTECA AÑO 1939  (PÁGINA 217 Dr. Rafael de Vega) -

Ciudadanos de Lugo que también fueron instruidos en la Causa Sumarísima 330/36

15 de septiembre de 2020  

La ley de memoria declara "nulos de pleno derecho" los juicios sumarios del franquismo.

 "Morir y ser muerto"  María Jesús Souto Blanco

Intención y Racionalidad en la Violencia de los sublevados en Galicia (1936-1939).    Autor: Antonio Míguez Macho

Francisco Lamas, el último alcalde republicano de Lugo

En memoria de Francisco Lamas

El Concello de Lugo homenajeó al médico hematólogo elegido alcalde en 1936 y que fue encarcelado por sus ideas. La figura de uno de los creadores de la revista Yunque se recoge en el libro "Para los que no vieron", escrito por su nuera, Elvira María Meilán Pérez.


La Galería Sargadelos volvió a convertirse en un outeiro para la Memoria. La presentación del libro 'Para los que no vieron', de Elvira María Melián Pérez, sirvió para evocar la figura de Francisco Lamas López. No sólo por su importante contribución a la medicina sino y muy especialmente en esta ocasión, por su faceta política. No en vano, Lamas resultaría elegido alcalde de Lugo con tan sólo 30 años, tras las elecciones democráticas celebradas el mes de febrero de 1936. La presentación del libro 'Para los que no vieron' contó con la participación del catedrático Claudio Rodríguez Fer, como prologuista; intervino la mencionada autora canaria, el alcalde de Lugo, José López Orozco, y Santiago Lamas, uno de los hijos del ilustre médico y alcalde homenajeado, ya que por su condición de republicano padeció las penurias de la cárcel durante cinco años. Sólo su labor médica consiguió librarle del ajusticiamiento militar, a diferencia de otros muchos a los que su misma profesión no consiguió salvar. 


Por su parte, Santiago Lamas tomaría la palabra para agradecer su asistencia al acto a los presentes y a Ediciós do Castro la publicación del libro, del cual leyó unas notas manuscritas que recuerdan que conoció a su padre con 28 años y que su imagen estaba "asociada a la de un hombre sentado en su sillón que habitualmente escuchaba música clásica".

Rodríguez Fer señaló que Francisco Lamas contribuyó a la cultura en general y a la gallega en particular, como así lo demuestran, añadió, sus escritos, algunos de ellos en gallego. Recordando que Lamas fue uno de los impulsores de la revista Yunque, el profesor y poeta lucense lo calificó de «home de acción pública pero tamén, como tantos outros da República, un home de reflexión cultural».

El catedrático de la USC aprovecharía para situar a Francisco Lamas dentro de una generación de personas que a muy temprana edad ocuparon cargos públicos, naturalmente hasta que, enfatizó, la guerra cercenó todas sus iniciativas políticas y culturales e incluso, en algunos casos, acabó con sus propias vidas.

Versos en gallego de García Lorca

Claudio Rodríguez recitó versos de Pondal, dirigidos a un tirano cualquiera, y leyó un poema suyo dedicado a la represión que sufrió Lugo en 1936. Un poema que, según dijo, refleja la situación del Lugo que padecieron tanto Francisco Lamas como sus amigos, los escritores Ánxel Fole y Luis Pimentel, o pintores como Ánxel Xohán y Romero Boelle. Todos ellos, recordó Rodríguez Fer, crearon la revista Yunque y formaban parte «daquel labor cultural tan destacado que houbo durante a República e do que formaba parte mesmo García Lorca, do cal Lamas conservou toda a vida o manuscrito do seu primeiro poema en galego, publicado, precisamente, en Yunque».

Por su parte, Santiago Lamas tomaría la palabra para agradecer su asistencia al acto a los presentes y a Ediciós do Castro la publicación del libro, del cual leyó unas notas manuscritas que recuerdan que conoció a su padre con 28 años y que su imagen estaba "asociada a la de un hombre sentado en su sillón que habitualmente escuchaba música clásica".


El alcalde de Lugo, José López Orozco,cerró el orden de intervenciones. Citó al filósofo Ortega y Gasset para decir que «la suma de las perspectivas es lo que hace que nos podamos acercar más a la verdad». Y dada la decisiva aportación del doctor Francisco Lamas al campo de la Hematología en España, Orozco animó a que alguien escribiera también sobre esa labor suya. Cabe mencionar, que con anterioridad a este acto, el salón de Plenos del Concello de Lugo acogió a una amplia representación de la familia del homenajeado, que se desplazó hasta la ciudad de la Muralla -Patrimonio de la Humanidad- para honrar al último alcalde republicano de Lugo.


Un hombre de una ética inquebrantable

La autora del libro empezó a escribir 'Para los que no vieron' cuando recibió los escritos que dejó su suegro, Francisco Lamas López, tras su muerte. «Mi suegro murió por enfermedad en 1987 y años después, tras morir su esposa, llegaron a mis manos sus papeles. Fue al leer un prólogo suyo, donde manifestaba su intención de escribir un libro, cuando me decidí a emprender esa tarea por él», explica Elvira María Melián Pérez.

Fue una tarea difícil porque, como bien recordó Claudio Rodríguez en la presentación del libro, Elvira Melián no es una escritora profesional, ni siquiera gallega (nació en Tenerife y vive en Madrid) y además, por si fuera poco, se vio en la necesidad de recomponer desde la distancia todo aquel rico universo de Francisco Lamas. Ese proceso laborioso le permitiría conocer mejor y admirar aún más a un personaje fundamental en la historia de Lugo, tanto a nivel cultural como por haber sido un hombre de notable dedicación pública. 

Melián confiesa su admiración por un hombre al que confiere una gran calidad moral, una ética inquebrantable y considera poseedor de una enorme cultura enciclopédica. «Poco a poco, fui descubriendo que a pesar de lo ocurrido, Francisco Lamas conservó siempre un espíritu optimista, semejante al de un niño que mantiene la ilusión por la vida». 

Perfecto Abelarias Castro

Fusilado el 21 de octubre de 1936 a las seis de la tarde junto al Dr. Rafael de Vega

Perfecto Abelairas Castro nació en Lugo el año 1907. Era practicante del Hospital de Santa María de Lugo. Fue vocal del Partido Republicano Radical Socialista y secretario de actas del Partido Republicano Gallego. También perteneció a Izquierda Republicana, siendo secretario general y actuó como compromisario en la elección del presidente de la República en 1936. Ingresó en la prisión de Lugo en julio de 1936 y fue ejecutado junto al Dr. Vega Barrera por la causa sumarísima nº330/36. Por último, también sufrió como el Dr. Vega Barrera una sanción mancomunada de 1'5 millones de pesetas de aquella época. 

Ramón García Núñez

Gobernador Civil de Lugo en 1936 

Ramón García Núñez nació el año 1907 en Arousa (Pontevedra). Empleado del Banco de España en Vigo. Perteneció a Izquierda Republicana. Gobernador Civil de Lugo en el momento de la sublevación desde el 4 de julio de 1936. Ingresó en la prisión de Lugo el 24 de julio de 1936 y fue ejecutado junto al Dr. Rafael de Vega el 21 de octubre de 1936 a los 29 años de edad por la causa sumarísima nº330/36.

ADENDA

Horas antes de ser fusilado el ex-gobernador civil Don Ramón García Núñez, con 29 años de edad, remitía la fotografía adjunta suya a su mujer y tres días antes remitiera otra a su cuñado Miguel, con los siguientes textos:

"Para tí Pepucha mía con toda la amargura de ver truncada nuestra vida y deshecha nuestra felicidad, pero pidiéndote tres cosas: que me perdones el haberte causado este daño irreparable; que estés orgullosa siempre de mí y que no olvides nunca el cariño que te tengo que supera al propio deseo de vivir. Ramón"

"Para Miguel con el cariño de hermano y el deseo de que si yo muero, y llegan, como estoy seguro horas de Libertad para España pueda hacer Justicia a mi nombre, que no ha sido traidor ni cobarde. Ramón"


Cárcel de Lugo, 18 de octubre de 1936.



CARTAS NA PRISIÓN

"LOS QUE VAN A MORIR OS SALUDAN"

Transcripción de María Lopo

(Julio-octubre de 1936, cárcel de Lugo)

Escriben desde la Cárcel de Lugo: Francisco Lamas, alcalde de Lugo, Perfecto Abelairas Castro, practicante del hospital de Santa María de Lugo y secretario del alcalde, Ángel Pérez López, concejal gubernativo y José Ramos López, maestro de profesión.

 José Ramos López

Fusilado junto al Dr. Rafael de Vega el 21 de octubre de 1936

 Angel Pérez López

Fusilado junto al Dr. Rafael de Vega el 21 de octubre de 1936

Fuente: "A represión franquista e as súas sombras de penumbra Vítimas confirmadas e posibles en Lugo (1936-1940)". Autor: Mª Jesús Souto Blanco.